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Cártel del Golfo, la primera organización criminal de México

Es considerada como la primera organización criminal de México; el Cártel del Golfo (CDG) se fundó en 1930 para traficar alcohol a los Estados Unidos durante la época de la prohibición.

En los últimos años la organización criminal, que alcanzó su máximo poder bajo el mandato de Osiel Cárdenas Guillén, ha estado en descenso por sus pugnas internas y la lucha a muerte contra ‘Los Zetas’.

Especialistas consideran que el CDG no está consolidado como uno de los grupos delictivos debido a su fragmentación; por lo menos son siete células (Los Rojos, Los Metros, Los Fresitas, Los Dragones, Los Ciclones, Los Pelones y Los Talibanes) las que mantienen a la organización en el negocio del contrabando de drogas y en la extracción de hidrocarburos).

Su operación está delimitada en el estado de Tamaulipas, pero lograron controlar la venta de cocaína, metanfetamina y marihuana en Quintana Roo, gracias a su entonces grupo armado (Los Zetas), que después de su rompimiento fueron desplazados y perseguidos.

Además de Cárdenas Guillén, otros de sus líderes destacados son Ezequiel Cárdenas Guillén, ‘Tony Tormenta’; José Eduardo Costilla Sánchez ‘El Coss’, Petronilo Moreno Flores ‘El Metro 100’, Mario Cárdenas Guillén y Luis Alberto Blancos ‘El Pelochas’.

El CDG le debe a Juan García Abrego, primer jefe de la organización, su incursión en la venta y contrabando de drogas, pero su detención en 1996 provocó la división y debilitamiento.

A la llegada de Osiel Cárdenas como cabeza del cártel, la organización comenzó a incursionar en otros delitos como el secuestro y extorsión; acciones que eran ejecutadas exclusivamente por su brazo armado ‘Los Zetas’.

Con su arresto en 2009 y posterior extradición, sus aliados se negaron seguir trabajando para los del Golfo e inició una guerra sin cuartel que dejó un baño de sangre por todo Tamaulipas, Nuevo León y Veracruz.

En la actualidad su guerra intestina se mantiene y los nuevos liderazgos exigen a las mafias locales dejar de dañar a la sociedad civil y concentrarse sólo en el contrabando de estupefacientes.

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