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Bellas y peligrosas: Las mujeres del narco en Mexico buscan adrenalina como sicarias

"No quieren ocupar los roles administrativos de las esposas de los capos narco y buscan adrenalina como sicarias, estás mujeres jóvenes y delgadas son asesinas"

Un par de años atrás, la muerte de Joselyn Alejandra Niño conmocionó a Matamoros, Tamaulipas. El cuerpo torturado de la mujer fue hallado cerca de la frontera con Estados Unidos. 

Sin embargo, más tarde se sabría que Joselyn murió en un enfrentamiento entre cárteles del narcotráfico y que ella era parte de una nueva organización criminal que aterroriza al norte del país: 

El cártel de La Flacas

Esta muerte trajo a la luz el entramado de una organización criminal compuesta por mujeres jóvenes, de delgados cuerpos, caras inocentes y manos frágiles, pero con total capacidad para operar un rifle o un AK-47. 

Las mujeres ya no sólo ocupan el papel de esposas o figuras importantes en las estructuras de los cárteles, ahora también aumentan su presencia en tareas como el sicariato, una actividad en la que su tarea es levantar, degollar o asesinar al rival de quien las contrata, dio a conocer un reportaje de The Daily Beast. 

Ataviadas con chalecos antibalas y cadenas de oro colgando sobre el cuello, cabello peinado hacia atrás y lentes de sol sobre su cabeza, operan principalmente en estados del Norte mexicano como Tamaulipas, Chihuahua, Sonora y de manera muy discreta en Sinaloa. 

En 2015, cuando Joselyn apareció muerta y descuartizada en una hielera abandonada en un camión dentro de un estacionamiento de la ciudad de Matamoros, en la frontera con EU, se pudo conocer más a fondo de la estructura que llevaba años operando, informó Juan Carlos Ayala, investigador de la Universidad Autónoma de Sinaloa, quien desde hace más de una década ha realizado trabajos sobre la evolución del crimen organizado en ese estado, cuna de los principales cárteles narco del país. 

Frágiles, pero letales.

Joselyn Alejandra Niño (Foto. especial) 

El cártel de Las Flacas son un grupo integrado por mujeres, que han sido compañeras sentimentales fugaces o amantes de grandes narcos, y que -una vez finalizadas sus relaciones, por el motivo que fuere- no han querido apartarse del mundo del hampa. 

También se unen para tomar venganza por la muerte de alguno de sus familiares a manos del crimen. De acuerdo con expertos, estas mujeres buscan seguir manteniendo el poder y la adrenalina como un brazo más del crimen organizado. 

Ellas operan por encargo para secuestrar, degollar o asesinar al objetivo de quien las contrata. Desde 2007, cuando el ex presidente mexicano Felipe Calderón intensificó la guerra contra las drogas, ha habido un crecimiento fenomenal en el país de asesinas a sueldo, que a menudo pueden operar más sigilosamente que sus homólogos masculinos, advirtió en su momento Andrew Chesnut, profesor de Estudios Religiosos de la Universidad de Virginia, en Estados Unidos. 

Allí radica otro de los secretos por los cuales estas chicas son utilizadas para matar sin reparos, a cambio de dinero: su poder de seducción y sus mecanismos y señuelos son claves para no levantar tantas sospechas como los hombres a la hora de atraer víctimas bajo sus garras.


Son discretas, pueden llegar a ser invitadas a reuniones de la alta sociedad mexicana y -a la hora de actuar- también son meticulosas e implacables, letales y frías. 

Buscan la adrenalina Imagen ilustrativa Dentro del conglomerado de su estructura, otra de los líderes del cártel era hasta hace poco más de un año era una ex oficial de policía del estado de Nuevo León.

Verónica Mireya Moreno Carreón, quien en verdad trabajaba de manera encubierta para el Cártel de Los Zetas y que fue arrestada por marinos mientras conducía un automóvil robado.

También asoma el nombre de Nancy Manriquez Quintanar, ahora detenida, a la que se le atribuye haber participado en -al menos- una docena de asesinatos. 

 A pesar del descabezamiento de la cúpula, Las Flacas siguen activas. Algunas de ellas son reclutadas de las cárceles, tras recuperar su libertad, por su apariencia de niñas buenas. 

Otras provienen de pequeños municipios rurales y ya, desde su adolescencia, los criminales las tientan para saltar de una vida empobrecida a la de lujos. 

Verónica Mireya (Foto. especial) 

"Las que se dedican al sicariato, como estas ´Flacas´, son mujeres más arrojadas que no se aferran a la riqueza sino a la adrenalina y este estatus de participar en eventos donde hay riesgos, en los que hay cierta peligrosidad; mientras que a las que se dedican al tráfico de drogas las mueve el poder", señala el académico de Sinaloa. 

A excepción de lo que se sabe de las tres pioneras, aún es poco lo que se conoce sobre la manera en la que operan "Las Flacas", por su naturaleza independiente. 

"No sabemos con qué cártel se mueven porque se pueden mover con muchos, son un poco mercenarias", agregó el investigador mexicano. "