Operativo de la DEA llevó a Los Zetas a secuestrar a 5 inocentes en México
Una investigación de la Premio Pulitzer Ginger Thompson publicada este jueves en ProPublica reveló que un operativo de la DEA llevó a la muerte a cuatro mexicanos, quienes fueron secuestrados por Los Zetas en 2010. La investigación periodística sobre el programa de la SIU de la DEA en México está basada en entrevistas con 23 agentes y ex agentes de la agencia, incluidos algunos que tuvieron puestos de alto nivel.
El relato periodístico relata que cerca de las dos de la mañana del 21 de abril de 2010, una caravana de pistoleros del cártel de Los Zetas entró en el estado de Monterrey para establecer retenes en todas las vías principales antes de enviar un convoy de vehículos todoterreno al centro de la ciudad para rodear un hotel Holiday Inn.
Tras lo ocurrido, las autoridades mexicanas insinuaron inicialmente que las víctimas habían sido de alguna forma responsables de sus propias desapariciones, pero eso no era verdad y una agencia de las fuerzas de seguridad lo sabía con certeza: la DEA, relata la investigación.
Ciudad de México, 21 de diciembre.– Un operativo de la Administración para el Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés) llevó a la desaparición a cinco mexicanos que fueron secuestrados por Los Zetas en 2010, reveló una investigación de la Premio Pulitzer Ginger Thompson. Los ciudadanos, inocentes, podrían estar ya muertos.
El relato periodístico, publicado este jueves en ProPublica, relata que cerca de las dos de la mañana del 21 de abril de 2010, una caravana de pistoleros del cártel de Los Zetas entró en el estado de Monterrey para establecer retenes en todas las vías principales antes de enviar un convoy de vehículos todoterreno al centro de la ciudad para rodear un hotel Holiday Inn.
El relato prosigue: “Un enjambre de hombres fuertemente armados, algunos enmascarados, tomaron por asalto el lobby del hotel y corrieron directamente al quinto piso, reventando las puertas de cada cuarto y arrastrando a los huéspedes de sus camas. Los pistoleros interrogaron a los huéspedes, y después separaron a cuatro de ellos del resto: un ejecutivo de marketing de una empresa de productos ópticos, un ingeniero químico de una fábrica de cosméticos, un vendedor de zapatos que iba a ser padre por primera vez, y una profesora de universidad que era madre de dos hijos”.
Ginger Thompson narra que posteriormente las cuatro personas fueron metidas con el recepcionista del hotel en los vehículos de los pistoleros y se los llevaron. “Ninguno de los rehenes ha sido visto desde entonces. Se presume que todos están muertos”, detalla.
La familia del ejecutivo de marketing dice a ProPublica que negoció y pagó un rescate inútilmente antes de que Los Zetas cortaran contacto.
“Nunca pudimos descubrir porque fueron secuestrados. ¿Qué les hizo tan importantes?” dijo al medio David Anabitarte, el supervisor y buen amigo del ejecutivo de marketing. “Fue difícil aceptar lo que pasó porque nunca tuvo sentido”.
El texto señala que las autoridades mexicanas insinuaron inicialmente que las víctimas habían sido de alguna forma responsables de sus propias desapariciones, agregando insulto al dolor.
“La profesora de universidad, alegaron, podía haber estado involucrada en un romance con uno de los rivales de Los Zetas. Y las autoridades especularon que el ejecutivo de marketing, quien había logrado ascender a su familia a la clase media alta, podría haber tenido alguna conexión con el narcotráfico”, destaca el texto.
Pero eso no era verdad y una agencia de las fuerzas de seguridad lo sabía con certeza: la DEA, relata la investigación.
LA DEA SABÍA Y NO ACTUÓ
Describiendo por primera vez lo que pasó en el Holiday Inn, añade el texto, funcionarios de Estados Unidos dijeron que hasta el día anterior a los inexplicables secuestros, la DEA había estado haciendo un operativo de vigilancia desde el Holiday Inn.
“Varios miembros de la Unidad de Investigaciones Sensibles (SIU en inglés), un equipo de policías federales mexicanos especialmente seleccionados y entrenados por la DEA, se habían hospedado en el hotel. El equipo había estado trabajando de forma encubierta, intentando rastrear los movimientos de un jefe de los Zetas llamado Hector Raúl Luna, conocido como ‘El Tori’. Pero Luna se percató del operativo y mandó a sus pistoleros al Holiday Inn para acabar con ello”, detalla Thompson en su investigación.
Añade que la DEA no se quedó a descifrar cómo se habían volteado las mesas: “La agencia evacuó a los agentes de la SIU de Monterrey, y nunca miró atrás hacia la gente inocente que no tuvo tanta suerte. La agencia nunca reveló su papel en lo que había pasado ni a las autoridades locales ni a las federales.
No ofreció ayuda para investigar el incidente, o usar sus capacidades de vigilancia para buscar a los secuestradores. Ni dirigió un escrutinio interno para averiguar si la filtración de inteligencia que había traído a Los Zetas al Holiday Inn había salido de dentro de la SIU”.
La conexión de la DEA al ataque del Holiday Inn, que no había sido revelada hasta ahora, no fue un incidente aislado, menciona la investigación.
Una revisión más profunda de la SIU mexicana que depende de la agencia ha encontrado una década de problemas que costaron vidas humanas.
En junio pasado, ProPublica y National Geographic publicaron una investigación detallada de una masacre en 2011 que ocurrió dentro y alrededor del pequeño pueblo ganadero de Allende. Tanto la matanza allí como la de Monterrey fueron perpetradas por Los Zetas y fueron provocadas, ProPublica ha determinado, por filtraciones de inteligencia que había sido provista a la SIU.
El número de muertos en Allende, sin embargo, fue mucho más grande. Organizaciones hablan de 300 personas están muertas o desaparecidas, pero ProPublica encontró pruebas de hasta 60 víctimas.
Además, según entrevistas con numerosos agentes en activo o retirados de la DEA que realizó el medio, la SIU misma ha estado plagada de infiltraciones y ataques.
“Desde 2007, la mayoría de los supervisores mexicanos de la unidad se han visto comprometidos por pagos o sobornos de varios narcotraficantes, o asesinados en circunstancias que indican fuertemente que se trata de traiciones resueltas desde dentro. Uno de los supervisores, Iván Reyes Arzate, fue acusado en una corte federal de Chicago a principio de este año de haber compartido información sensible con narcotraficantes”, indica el texto.
El abogado de uno de los supervisores mexicanos de la SIU, Iván Reyes Arzate, quien fue acusado en una corte federal de Chicago a principio de este año de haber compartido información sensible con narcotraficantes, negó a ProPublica las acusaciones contra su cliente.
La DEA, sin embargo, había sospechado durante años que Reyes era corrupto, como lo era otra gente de la SIU, pese a ello, la agencia calculó que los beneficios del programa compensaban los costos y ha mantenido estos costos ocultos a las familias mexicanas y a los contribuyentes americanos que podrían estar en desacuerdo con aquel cálculo, refiere el texto.
“¿Por qué no dijo nada la DEA?” preguntó al medio un familiar de una de las víctimas del ataque al Holiday Inn. “Con todo su poder y autoridad, ¿por qué no intentaron ayudar? Supongo que las vidas mexicanas no importan”.
La DEA no respondió a una larga lista de preguntas sobre los hallazgos del reportaje de ProPublica. En cambio, emitió una breve declaración por correo electrónico:
“El Programa de Investigaciones Sensibles ha demostrado ser un programa internacional eficaz para apoyar las unidades antidrogas del país anfitrión capaces de hacer investigaciones internacionales de droga. Los agentes que sustentan el programa trabajan bilateralmente con las fuerzas del orden del país anfitrión. La DEA entrena, aconseja y apoya a investigadores policiales seleccionados del país anfitrión que componen las Unidades de Investigaciones Sensibles”.
La investigación periodística de ProPublica sobre el programa de la SIU de la DEA en México está basada en entrevistas con 23 agentes y ex agentes de la DEA que tienen un conocimiento profundo del programa, incluidos algunos que tuvieron puestos de alto nivel.
El medio detalla que sus entrevistados solo hablaron bajo la condición de anonimato porque estaban tratando asuntos sensibles sin el permiso de la agencia.
EL POLÉMICO PROGRAMA DE LA DEA
A principios de año, según detalla el medio, unos 14 representantes demócratas del Congreso de Estados Unidos expresaron su preocupación por el programa SIU de la DEA en una carta al Fiscal General Jeff Sessions y al Secretario de Estado Rex Tillerson.
Aquella carta, añade, fue provocada por el reportaje de ProPublica sobre la masacre en Allende, y por un informe del Departamento de Justicia sobre un operativo liderado por la DEA en Honduras que dejó cuatro civiles muertos.
“Desde entonces, agentes y exagentes dijeron, la DEA ha tomado algunas medidas para fortalecer su supervisión de la SIU en México y los otros 12 países donde la agencia opera tales unidades. Por ejemplo, se ha mudado la sede de la SIU en la Ciudad de México más cerca de la embajada norteamericana para mejorar la capacidad de la DEA para supervisar y asesorar a los miembros de la unidad”, señala la investigación.
La semana pasada, indica el texto, la DEA distribuyó un manual de 54 páginas sobre las SIU. Agentes y ex agentes dijeron que era la primera vez en los 20 años desde que empezó el programa SIU que la agencia había establecido normas para manejar las unidades por escrito, incluyendo todo desde qué hacer cuando un miembro de la unidad falla un examen polígrafo hasta como diseminar información sensible y llevar a cabo operaciones cuando miembros de la SIU son asesinados.
ProPublica dice que algunos agentes y ex agentes defendieron el programa, advirtiendo que con la corrupción endémica en las instituciones mexicanas, sería inocente pensar que la DEA podía mantener su SIU completamente limpia usando pruebas de polígrafo aleatorias y ocasionales entrenamientos.
“Señalaron que la unidad había ayudado a través de los años a capturar figuras del narcotráfico que fueron objetivos importantes”, refiere el amplio reportaje publicado hoy.