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A ella, de 14, la violó un policía. A él, 16, lo mataron por denunciar. Fue en Edomex: 4 años sin justicia

En febrero de 2013, Ale y Manuel fueron abordados por policías de Chimalhuacán, Edomex. Uno de los efectivos municipales violó a la joven. Ella tenía 14 y él 16.

Junto a su familia, los menores se disponían a denunciar el hecho cuando los mismos uniformados los encararon. Frente a sus padres y al intentar huir, uno de los policías le dio muerte a Manuel.

Hoy, 4 años después, la justicia no llega. Los policías están detenidos, pero no han recibido sentencia…

Más de cuatro años han pasado desde que un policía municipal de Chimalhuacán y dos compañeros abordaron a una pareja de novios menores de edad, uno de los agentes violó a la jovencita de 14 años y mató al varón de 16; A la fecha, las familias siguen navegando entre los juzgados en busca de justicia y en donde sólo han recibido largas, pese a que el proceso se realiza dentro del “nuevo sistema de justicia penal”, que presuntamente sería para agilizar la justicia.

En la Sala 3 de los juicios orales de la calle Bordo de Xochiaca, en Nezahualcoyotl, Estado de México, estaba programada la audiencia de apertura de juicio oral contra los policías municipales de Chimalhuacán, Pedro Luis B.R, Alán H. G y Francisco J.A, por los delitos de abuso de autoridad, ataque sexual de la menor Ale, y el asesinato de su novio Manuel.

El desarrollo de la audiencia en donde se darían los alegatos de apertura era de especial relevancia para ambas partes, principalmente las víctimas porque para ellos significa estar más cerca de obtener la sentencia contra los acusados.

Las familias de los ofendidos llegaron al recinto esperanzadas de que por fin iniciara el juicio oral.  Se sentaron en los asientos de la parte derecha de la sala,  ubicados detrás del Ministerio Público. Son menos que el cúmulo de personas que acudieron en apoyo a los imputados.  Algunos de los parientes de los acusados se acomodaron en las sillas colocadas detrás de la defensa, como normalmente ocurre, pero otros eligieron tomar lugares cerca de las víctimas. No es la primera vez que sucede.

El juez oral Juan José Colón Marquez inició la audiencia. Después de ceder la palabra al Ministerio Público para su presentación, la tomó la defensa.

Alán, uno de los tres imputados, optó, nuevamente, por cambiar de abogado y su defensor de oficio, Carlos Alberto Rodríguez argumentó que no esta preparado para el acto: expuso que no ha tenido comunicación con el imputado, ni tiene los discos de las grabaciones del proceso, ni documentos necesarios para los alegatos.

La Fiscalía, resignada, respondió que no tenía oposición en que la audiencia fuera suspendida. De insistir en su desarrollo pondrían en riesgo el caso, ya que darían pie a la defensa a pedir una reposición del proceso, explicó después a los ofendidos.

La audiencia se suspendió, y el juez fijó para el 21 de de noviembre la nueva fecha.


Los presentes se levantaron después de que el juez se retiró del estrado. Los imputados abandonaron la sala, pero desde un cuarto interior, detrás de una ventana, se despidieron sonrientes, levantaban la mano en seña de adiós, mientras que sus allegados les respondían con muestras de alegría usando sus manos, levantándolas y cerrando el puño con el pulgar alzado.

Los ofendidos salieron resignados, este episodio no era nuevo: es otro que se suma a la carga de largas y largas que han recibido por años de andar entre sala y sala en busca de justicia.

“En los cuatro años la defensa ha extendido el caso a lo largo del tiempo con el cambio de defensores de oficio”, explicó la abogada de las víctimas, Anayeli Pérez.