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“Te voy a matar, pinche reportero”


Una y otra vez, el exalcalde priista Gaspar Pérez le había advertido a Cándido Rios Vázquez, corresponsal del “Diario de Acayucan”, Veracruz, que se las pagaría: “Te voy a matar, pinche reportero”.

Y Cándido Rios fue asesinado.

¿Fue Gaspar Pérez, expresidente municipal de Hueyapan de Ocampo, municipio sureño de Veracruz? No se sabe, pero después del asesinato, el funcionario federal encargado de dar garantías al trabajo de los periodistas, el subsecretario de Gobernación, Roberto Campa Cifrián, exoneró a ese personaje que fue su correligionario priista.

Campa, quien es promovido como un gran fichaje de Alfredo del Mazo, el primo de Enrique Peña Nieto que fue impuesto como gobernador del Estado de México –aunque él lo niega–, sentenció que el asesinato del periodista nada tenía que ver con su trabajo y decretó que estuvo en el lugar equivocado.

Pudo haber dicho Campa que Cándido Rios fue víctima de un “crimen pasional” o que no se portaba bien, como advertía Javier Duarte, el antecesor del actual gobernador expriista Miguel Angel Yunes, pero dio su veredicto: Fue un daño colateral por estar junto a quienes querían matar los narcos.

Una vez más: Ante la pachorra de Enrique Peña Nieto, y los propios dueños y directivos de los medios de comunicación, la única certeza que existe es que habrá más violencia y asesinatos contra periodistas.

Desde que el 23 de marzo fue asesinada Miroslava Breach, corresponsal de “La Jornada”, nada se ha movido en México, ni siquiera después de que mataron a Javier Valdez Cárdenas, corresponsal del mismo diario en Sinaloa, salvo la reunión de Peña, el 17 de mayo, con algunos gobernadores y el procurador Raúl Cervantes.

Se entiende que en Sinaloa el crimen quede impune, porque el gobierno estatal y el federal están imbricados con el crimen, pero supuestamente en Chihuahua el panista Javier Corral aclararía pronto el asesinato de quien fue su amiga desde hace tres décadas, sobre todo porque se dijo seguro de que a Breach la mataron narcopolíticos plenamente identificados.


“Es evidente que por mi propia formación, por mi biografía personal y mi compromiso político y democrático es un asunto que nos reta y nos pone a prueba como gobierno y como gobernador. Asumo ese reto y ese desafío, porque no solamente la conocí y me duele en lo personal, sino porque soy un testigo de que su trabajo periodístico fue excepcional en Chihuahua, incluso en una época en la que el largo silencio cubrió el estado, una época oscura y de regresión autoritaria”.

Los narcopolíticos, aseguró, mataron a la periodista y prometió dar pronto con ellos. Este miércoles se cumplieron cinco meses del crimen y nada ha pasado. Corral, como Yunes y Peña, alientan con su pachorra más violencia contra los periodistas.

Por eso mataron a Cándido Rios y por eso está en la mira Héctor de Mauleón y muchos más que son padres, esposos, hermanos, hijos y no una estadística macabra que suma al menos 135 periodistas asesinados desde que, en febrero del 2000, mataron a Luis Roberto Cruz Martínez en Tamaulipas…

Apuntes: “¿Sabías que te puedo dar un pinche balazo por eso”, le dijo uno de los ocho sujetos que, con armas de fuego, rodearon al colega Humberto Padgett cuando reporteaba cómo se sigue vendiendo todo tipo de droga en Ciudad Universitaria de la UNAM. Eso fue este jueves, en el día, en una zona federal donde también gobierna el crimen.