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Sepultan en Nuevo Laredo a Ramiro Hernández, ejecutado en Texas

NUEVO LAREDO, México, abr. 13, 2014.- A Ramiro Hernández Llanas, de 44 años, mexicano ejecutado en Texas con la inyección letal, se le cumplió su último deseo. 


La tarde de este domingo fue sepultado junto a su padre en el Panteón del Norte de su natal Nuevo Laredo, Tamaulipas. 

Con mariachi le dieron el último adiós familiares y amigos. Y le tocaron su canción preferida: "México lindo y querido".

Jorge Hernández Llanas, hermano de Ramiro, dice que así cumplen el ‘deseo que tenía él de ir a quedar en el lugar donde está mi papá’.

Martha Llanas asegura que se terminó la pesadilla de su hijo, quien es el segundo mexicano en recibir la inyección letal en territorio texano, en 2014.

El primero fue Edgar Tamayo Arias, ejecutado el pasado 22 de enero.

Martha Llanas asegura que su hijo ‘no quería que yo llorara, ni sufriera porque él ya tenía que irse a descansar porque ya eran casi los 20 años que duró él ahí’.

Al funeral asistieron amigos y vecinos de Ramiro, quien fue velado en la colonia Militar donde nació y creció.

En la iglesia católica San Pablo Apóstol se ofició una misa de cuerpo presente.

Enedelia López Vázquez, amig de la familia, dice que era ‘muy amistoso y pos´ todo tenía, yo le ayudaba a su mamá, yo trabajaba con su mamá y yo los cuidaba’.

Su hermano Jorge, quien estuvo presente en la ejecución, recordó las últimas palabras del connacional.  

‘Lo que él dijo fue pedir perdón y dio gracias a Dios y bendijo a los carcelarios, a las autoridades y pidió perdón a la familia ofendida’.

Ramiro Hernández fue condenado a pena de muerte por el asesinato de su patrón, el ranchero y profesor texano Glen Lich y la violación de su esposa, en octubre de 1997 en Kerreville, Texas.