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Resucitan nombres de viejos grupos criminales

Las células con sobrevivientes a la extinción de sus cárteles aplican una especie de estrategia de "marketing criminal" para infundir miedo.

La extradición de Joaquín “El Chapo” Guzmán, líder del Cártel de Sinaloa, a Estados Unidos, ha dado pie al reacomodo de los grupos del narcotráfico en México, lo que ha resucitado nombres de organizaciones criminales que ya se creía extintas, como el Cártel de Tijuana, Los Zetas y Caballeros Templarios.
Esto no significa que las organizaciones resurjan; si no que en medio de la guerra para ganar plazas, las células con sobrevivientes a la extinción de sus cárteles aplican una especie de estrategia de "marketing criminal" para infundir miedo y tener un mayor peso en la reconfiguración del crimen organizado en México.
"La marca es valiosa. Esta fragmentación está dando surgimiento a viejos grupos que recuperan los nombres. Algunos tienen conexiones con organizaciones del pasado", expresó Alejandro Hope, experto en temas de seguridad.
El explotar los nombres no sólo les permite tener un mayor prestigio en la industria criminal, también crear un mayor miedo en la población, algo que ya se ha hecho común en ciudades como Matamoros, Tamaulipas.

"Se te presentan como miembros de tal cártel porque te da presencia y provocas miedo, me ha tocado en la calle. Me ha tocado alguna vez que dicen a ese no le hago caso porque su grupo no es tan fuerte. Pesa mucho el nombre y lo usa mucha gente, pero que sea verdadero ya es cuestionable y no es un caso aislado. En un momento dado, simples personas que son delincuentes de bajo nivel usan el nombre de Los Zetas para no pagar renta, para amenazar y asustar a su casero", expresó Arturo Zárate, investigador en la sede Matamoros del Colegio de la Frontera Norte (Colef).
Desde la caída de Miguel Ángel Treviño Morales, el Z-40, en 2013, su último y más sanguinario líder, sólo en Tamaulipas, considerada su cuna, Los Zetas se dividieron en más de 20 células, afirmó Zárate.
 

Los Zetas, nacieron como un grupo de soldados de élite que desertó del Ejército y se convirtió en el brazo armado del Cártel del Golfo, un antiguo aliado de Sinaloa.

En algunas ciudades de Tamaulipas, como Nuevo Laredo y Ciudad Victoria, habría células que, además de hacer uso del nombre, buscan recuperar la estructura militar que tenían los originales.

Aunque "es difícil que vuelvan a operar como los conocimos, como esos Zetas que fueron el enemigo público número 1 del Estado", dijo Guadalupe Correa, autora del libro Los Zetas Inc. Criminal Corporations, Energy, and Civil War in Mexico.

El Cártel de los Arellano Félix, en Tijuana, también ha vuelto a resurgir en el reacomodo.
Fue creado a finales de los años ochenta y se consolidó como uno de los más importantes del país en la primera mitad de los noventa, cuando sus principales líderes fueron detenidos a raíz del asesinato del cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo, en 1993, en el aeropuerto de Guadalajara, Jalisco.

A Posadas Ocampo presuntamente lo confundieron con "El Chapo" Guzmán.
En 1992 declararon la guerra a Ismael "El Mayo" Zambada y sus socios, "El Chapo" y Héctor "El Güero" Palma, por una deuda de 20 millones de dólares por el cruce de droga a Estados Unidos.

La guerra terminó con la primera captura de Guzmán Loera.

Luego la fuerza del cártel se debilitó con el posterior encarcelamiento, extradición y asesinato de sus líderes y resurgió en 2016, cuando la Procuraduría General de la República le regresó a la familia bienes que había incautado desde hacía más de dos décadas.


"Hay células que siguen operando, quien está operando con ellos son el Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG). Hay una agrupación que se llama Cartel Tijuana Nueva Generación, pero ya están muy debilitados en comparación con lo que fueron. Están operando más como prestadores de servicios", expresó Hope.

Tras la desintegración de La Familia Michoacana, que era derivada de Los Zetas, surgen Los Templarios, en 2011, en Michoacán.

El cártel sembró el terror en el estado por sus actividades de extorsión a los productores de aguacate y limón y a la población en general, pero al igual que Los Zetas y los Arellano Félix, se fueron debilitando con el abatimiento o detención de sus líderes.

"Templarios hay algunos que nunca dejaron de serlo y están operando en el terreno (Michoacán), pero con respecto a la organización del "Chayo" o la "Tuta", dos de sus líderes fundadores, el primero muerto y el segundo en la cárcel, no hay comparación", mencionó Hope.

Recordó que en el estado hay un grupo que ha empezado a operar como "La Nueva Familia", principalmente en el Puerto de Lázaro Cárdenas, una de las principales salidas de mercancías a China.

"Es muy temprano para decir que estos cárteles se están reagrupando. Yo creo que hay que esperar un poco más para ver si esto es lo que está pasando o sólo están haciendo uso del nombre", finalizó Guadalupe Correa.