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Su novia lo consideró: “un guerrero”; al salir a trabajar (robar) el público: “una rata acabada por un justiciero”

Ecatepec, Estado de México.- Diego Rodríguez “El Flaco”, era el nombre del delincuente que fue abatido esta mañana por un padre de familia que defendió a su hija cuando era asaltada con un arma por este sujeto; su novia lo consideró “un guerrero “; el público: “una rata acabada por un justiciero”.

“El Flaco” pertenecía a una banda que se dedicaba a delinquir en calles del municipio de Ecatepec y jamás fue detenido por la policía o por personal de las Bases de Operaciones Mixtas (BOM).

Hacía de las suyas en las calles de Ecatepec y no le daba pena exhibir sus armas en su página de Facebook.

Lo mismo asaltaba un camión de pasajeros que en la vía pública. Pero esta mañana se le acabó su buena suerte, ya que cuando tenía sometida a una estudiante en una calle de la colonia San Agustín, fue sorprendido y abatido por un padre que salió a defender a su hija.

El cuerpo de Diego Rodríguez quedó sobre la banqueta, su arma que presumía en el Facebook, quedó a un lado. Hasta ese momento solo era un delincuente menos en Ecatepec hasta que la novia Aanndii Herreraa (como aparece en Facebook), escribió en su página de la red social: “Él no se va señores, él está con nosotros. Mi guerrero sabemos que hoy mañana y siempre estaremos juntos”.

Los cibernautas de inmediato reaccionaron: “De que le sirvió andar de rata. Hasta que se lo cargó su Santa Muerte”. “Si el papá de la chica no lo mata, está mier**a hubiera matado al papá o a la hija”, fue otro comentario vertido en la página de este delincuente abatido.

Alejandro Antonio Vigueras, otro cibernauta, resumió: “Lo peor y que más asco da son sus familiares que piensan que salía a trabajar (robar) y que piensen que no hacía nada malo”.

La banda de Diego lamenta su muerte y algunos recuerdan su frase: “detrás del miedo hay dinero”.
Este es el segundo integrante de esa banda que muere durante sus atracos.
Irónicamente, Diego murió a manos de un padre que defendió a su hija; él dejó en la orfandad a un bebé. Diego llevaba tatuado el nombre de su hijo en su brazo izquierdo “Bairon”. Fue el único recuerdo que se llevó.