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Las levas de Los Zetas; ¿entras o te mueres?

Los Zetas te agarran y te dicen que si no te unes a ellos te van a matar, y como escarmiento torturan a gente frente a ti… ¿Ante eso qué haces?”, relató Juan Carlos, que huía de una leva y llegó a pedir ayuda a una casa de Saltillo.


“Los Zetas te agarran y te dicen que si no te unes a ellos, te van a matar, que van a desaparecer a toda tu familia, y como escarmiento torturan a gente frente a ti… ¿Ante eso qué haces?, sabes que van a cumplir”, relató Juan Carlos, cuando llegó a pedir ayuda a una casa de Saltillo, Coahuila.

Se trata de un joven de 24 años que dijo haber estado de manera forzada en un centro de reclutamiento de Los Zetas.

“En el lugar había más de 30 personas, hombre, mujeres, migrantes y ex policías, gente que estuvo en prisión, yo creo que estaban en la misma situación que yo”, explicó.

Lo que describe Juan Carlos es “leva de Los Zetas”, práctica que inició contra migrantes y que ahora se ha extendido a los penales, asegura el padre Alejandro Solalinde, quien ha tenido contacto con muchas víctimas de este grupo criminal.

“Los Zetas tienen problemas de división interna y además les ha impactado la guerra de las Fuerzas Federales; esto los ha puesto en la necesidad de crecer, antes tenían una opción fácil con los migrantes, pero esto no siempre es viable, y ahora están echando mano de lo que sea”, asegura en entrevista con La Razón.

Calificado como el grupo criminal más violento de los que operan en México, Los Zetas es el único grupo que ha recurrido a la leva para engrosar sus filas y hacer frente a sus rivales e incluso a las autoridades.

Ellos no sólo defienden las plazas para el tráfico y venta de droga al menudeo, también buscan mantener en ellas los ingresos ilícitos que obtienen por el secuestro, la extorsión, el cobro de piso y la venta de piratería.

“Es el único cártel que obliga a las personas a sumarse a ellos como sicarios, los secuestran y les dan dos opciones: o le entran o los matan. Es el único cártel que ha sido cruel y sanguinario a la hora de obligar a la gente a que acepten enrolarse con ellos”, destaca Solalinde.

“La mayoría ya está como sicarios en Tamaulipas (donde Los Zetas mantienen una lucha intestina contra su antiguo aliado, el Cártel del Golfo)”, aseguraron.

“Sabemos que en los penales, cuando menos en los de Tamaulipas, Nuevo Leon y Coahuila, no se mueve una hoja si no hay autorización de los dueños de la plaza. Los Zetas y todos los cárteles manejan una llave que ablanda todas las voluntades que es el dinero, ante el dinero los mismos servidores públicos ceden”, aseguró Solalinde.